50 edición FESTIVAL INTERNACIONAL CERVANTINO
Proximamente 21 Octubre de 2022
LOLA LINCE
Coreógrafa y
bailarina
Inició sus
estudios de Ballet clásico en Guadalajara, Jalisco en 1978 y en 1985 alcanzó el
rango de solista de la Compañía de Bellas Artes de Jalisco.
Se enfrentó a las técnicas establecidas de la
danza sólo para reafirmar su convicción de que lo espiritual en la danza se
opone a todo tipo de manipulación mecánico utilitario. En 1990 se abre a la
búsqueda de una nueva percepción del cuerpo sin ligarse a ningún vocabulario
coreográfico.
Desde entonces Lola está convencida de que
los temas no se escogen, crecen dentro del cuerpo, y van demandando expresión.
Así han nacido piezas como: “El agua”, “La Tierra”, “Los gatos lo Sabrán”,
“Flor de las Fogatas”, “La Media Luna,” “La Cajita”, “Un Regalo de Eva”,
Féminas del Mundo”, “Las Máscaras de Lilith, Hipérbole de la Memoria” “Estudios
y Fragmentos Sobre el Sueño”, Apuntes de Viaje, Pajarera, The Human Animal, La Caída y su creación más
reciente: “El Sentimiento del Tiempo”
Desde 1994 ha
tenido una fuerte presencia tanto en foros nacionales como en festivales
internacionales.
Crea puentes de colaboración con artistas de
diferentes países : Halina Chmielarz, Polonia,
Paul Ibey, Canadá, Susana Reyes, Ecuador, Natsu Nakajima, coreógrafa y
bailarina japonesa. Con Susanne Linke crea la pieza coreográfica The Human
Animal, trabajo en colaboración que se estrena en el 2015. Desde el 2004
Colabora con la Coreógrafa y Bailarina Natsu Nakajima.Ha producido varias obras
en colaboración con Natsu Nakajima como “Komachi Storie s” la cual se estrenó
en la edición 33 del Festival Internacional Cervantino en el Teatro Cervantes
en la ciudad de Guanajuato en el 2005, “Las Máscaras de Lilith”, “Estudios y
Fragmentos sobre el Sueño” y su colaboración más reciente” La Caída”, poema
visual de largo aliento.
Reseña de Danza UNAM, 2022
Lola Lince es una artista que da la impresión de navegar
sobre el límite entre este mundo y el otro, un espacio que no lo puede pisar
otro ser, porque seguramente se resquebrajaría como una frágil cornisa y todo
quedaría revuelto, dando lugar a la confusión en la que solemos vivir.
En “El Sentimiento del Tiempo”, el escenario es habitado por
un ser en estado de contemplación, consciente de su espíritu, su cuerpo, su
femineidad y el espacio que le rodea. Es una obra que entra por la vista e
inunda al público con sensaciones táctiles.
La iluminación, la dirección de arte y el vestuario, son el
resultado obtenido por dos artistas (Mauricio Ascencio y Lola Lince) que
evidentemente se han entendido en términos creativos, pero sobre todo,
coinciden en una deliberada intención de comunicarse con las emociones más que
con el intelecto, dándole mayor peso a la imagen que al movimiento.